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12/1/11

Le crece un cuerno en la cabeza

Un anciano en la China tiene a todos con la boca abierta y es que al hombre le crece un cuerno en la parte posterior de la cabeza que ya mide tres pulgadas.

Huang Yuanfan
, de 84 años vive en Ziyuan, al sur de China y es la última persona que se ha reportado con este tipo de fenómeno. Su cuerno comenzó a crecer hace dos años y ha alcanzado una longitud de tres pulgadas, de acuerdo con el Metro.co.uk.


"Los médicos dicen que no saben la causa y si me lo quitan volverá a salir", explicó Yuanfan a la prensa. "Intento esconderlo debajo de un sombrero pero si continúa creciendo terminará chocando con la parte superior", añadió.



Zhang Ruifang
Pero Yuanfan no es primero ni el único caso. A principios del año pasado Zhang Ruifang, una mujer de 101 años de edad, también procedentes de China, fue noticia cuando un segundo cuerno comenzó a crecer su cabeza. Su primer cuerno ya medía unas 2 pulgadas y media.

Entonces la mujer dijo estar contenta con el segundo cuerno y que esperaba le creciera del mismo tamaño del otro.



El cuerno, formado por queratina (sustancia que también se encuentra en los pelos y las uñas humanas) no causa dolor ni molestia a la anciana, aunque algunos vecinos sí reconocieron que el cuerno "daba miedo".


En el año 2007, Ma Zhong Nan, de 93 años fue noticia cuando se habló de su cuerno de unas cuatro pulgadas.


Ese mismo año, Xiou Ling, de 95 años fue noticia por un cuerno seis pulgadas y media que sobresalía de su frente y que hacía una curva sobre su cara. El cuerno había estado creciendo durante cuatro años.


En el año 2006, Zhang Yuncai del condado Xingyang en China sintió lo que él pensaba que era un grano en la cabeza. Con el tiempo que "el grano" se hizo más grande y más grande hasta que se convirtió en un cuerno de dos pulgadas. Los médicos le extirparon el extraño "grano" gratuitamente.


Y por supuesto, los cuernos humanos van más allá de las fronteras de China, se han reportado otros casos alrededor del mundo y aunque parezcan espantosos y hasta diabólicos, para algunos, son inofensivos a la personas que lo padecen.